Día 36 del del proyecto 100 días, 100 frases de la vida.
Mi padre murió a la edad de 53 años. Sin duda, fue un shock para mí pero con el tiempo he valorado muchas cosas de su vida. Él era reservado pero un gran amante de la amistad y de la vida. Le encantaba mostrarse tal y cómo era: alegre, trabajador y culto. De él aprendí a vivir y a disfrutar de la vida, aprendí a no tenerle miedo a la muerte. En una de sus últimas cartas hacía suyo el principio de los estoicos y afirmaba que no le tenía miedo a la muerte porque cuando ella llegaría él ya no estaría aquí. Sin duda le encantaría esta frase: Envejecer es mejor que morir joven.
Mi padre jamás envejeció porque siempre estuvo dispuesto a vivir, aprovechó al máximo esos 53 años que le dio la vida. Seguro que estaríamos todos más contentos si hubiera vivido más pero, ¿y si hubiera muerto antes? No es que me quede el consuelo de saber que disfrutó de su vida. ¡No es un consuelo, es una alegría! Saber que una persona ha disfrutado de sus días es una satisfacción, por pocos que sean.
Por eso, puestos a elegir, yo elijo vivir, y debéis saber que aunque mi vida termine a los 53 años, a los 40 o a los 90, nadie deberá estar triste porque habré disfrutado de la vida durante muchos días y habré disfrutado de la muerte, un único día.
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Autor de la frase: Eleanor Fanslau
Referencias: Para saber más de ese gran hombre que era mi padre, lo mejor es que leáis este artículo.
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Non omnis moriar. No moriré del todo
Pueden los que creen que pueden
El tiempo se va para no volver. Virgilio
Si hacemos el bien por interés seremos astutos, pero nunca buenos
Una cosa es saber y otra saber enseñar
Nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y en el que se baña.
El destino de los hombres está hecho de momentos felices
Esforcémonos en vivir con decencia…