Extraído del libro de Og Mandino, La universidad del éxito, éstas son las 10 causas más comunes del fracaso.
El fracaso es en cierto sentido el camino al éxito, desde el momento en que cada descubrimiento de lo que es falso nos lleva a buscar con ansia aquello que es cierto, y toda nueva experiencia señala algun tipo de error que tendremos que evitar más adelante. John Keats.
Descubre cuáles son las 10 causas más comunes del fracaso. Foto de Pixabay.
La práctica de acusar a los demás explica no solo quizá la mitad de nuestros fracasos, sino también nuestro fracaso a la hora de aprender de nuestros errores. No reconocemos el fracaso por lo que es y no podemos hacerle frente.
En lugar de enfrentarnos al problema que conlleva el fracaso y esforzarnos por resolverlo – para evitar que se repita -, nos culpamos a nosotros mismos y lo dejamos correr. Planta las semillas de la inferioridad y la inseguridad que más adelante crecerán las malas hierbas para estropear el bien cuidado jardín de la mente.
En el hábito de culparse a uno mismo por sus aparentes fracasos, puede llegar a un punto donde busque culparse por los fracasos de los demás. El auto-inculparse también la cierra la puerta al desarrollo.
Mi gran preocupación no es su fracaso, sino saber si usted está satisfecho con su fracaso. Abraham Lincoln.
Un hombre tiene que saber adónde quiere ir, si es que pretende llegar a alguna parte. Es tan cómodo dejarse llevar… Algunas personas pasan por la escuela como si le estuvieran haciendo un favor a sus familias. En el trabajo siguen el ritmo que marcan y sólo se preocupan por cobrar a fin de mes. No tienen una meta. Cuando alguien les molesta, recogen las canicas y se marchan. Las personas que se mueven y hacen cosas son las que sacan el máximo de provecho de cualquier situación. Están preparados para el siguiente imprevisto que aparezca en el camino hacia la meta. Saben lo que quieren y están dispuestos a caminar un kilómetro más. William Menninger.
No siempre está claro –quizá nunca lo está – qué es exactamente lo que esperamos, pero algunos de nosotros insistimos en esperar mientras, se escapa la juventud, se escapan las oportunidades y se escapa la vida, y continuamos esperando algo que ha estado allí todo el tiempo. Pero ¿cuándo comenzaremos a vivir como si comprendiéramos la urgencia de la vida? Este es nuestro tiempo, nuestro día, nuestra generación, no alguna era dorada del pasado, ni una utopía del futuro. Esto es lo que hay, nos guste o nos desilusione, nos entusiasme o nos aburra. Esta es la vida y está pasando. ¿A qué esperamos? Richard L. Evans
La mayoría de nuestras elecciones se hacen cuando somos jóvenes. Sin embargo el hombre responsable no acepta fácilmente los consejos. Debe descubrir por él mismo qué es la vida.
Muchos de nosotros buscamos instintivamente el camino más corto, más fácil y más rápido hacia el éxito, solo para descubrir que el éxito era una ilusión.
Muchas veces pensamos a la muerte de un ser querido en el difícil camino de trabajos, de luchas y sacrificios recorridos para conseguir el éxito y que justo cuando esa persona iba a poder disfrutarlo la muerte lo ha reclamado. Nos apena pero no entendemos que la pena real es que no lo aprovechara antes con lo que tenía y decidiera disfrutar.
Debemos apreciar los detalles, ocuparnos de ellos. Debemos apreciar los detalles, por pequeños que sean. Todo lo que requiere nuestra atención o que hagamos, es grande. Descuidar los pequeños detalles puede convertirse en grandes problemas.
Elihu Root dijo: los hombres no fallan, dejan de intentarlo. Abandonar cuando todavía estamos en cabeza sería una tontería abandonar cuando estamos detrás es una estupidez. Hace falta voluntad para aguantar un poco más. Hace falta inteligencia para saber que la medida del éxito no es la suerte, ni las oportunidades que te da el juego, sino la conquista del fracaso.
Nunca podremos librarnos de los recuerdos; sólo podemos enfrentarnos sin miedo. Tenemos que vivir con nuestros recuerdos, y a medida que nos hacemos viejos, dependemos de ellos cada vez más, hasta que un día quizá sea todo lo que nos queda. Pueden ser deprimentes, amargos, humillantes, vergonzosos, o pueden ser felices, alegres, cariñosos.Las cosas que entraron son las que saldrán, ya sea que nosotros las pusimos allí o que nos obligaron a recibirlas.Los recuerdos pueden infundirnos coraje, confianza y fuerza creativa; o pueden mantenernos sujetos dentro de una espesa nube de desilusión y derrota. Estoy dispuesto a ir a cualquier parte siempre que sea hacia delante. David Livingstone
Muchos de nosotros nos engañamos con un acontecimiento, un logro; y los demás se comportan como si fuera un éxito, pero no acaba de satisfacernos. Sin embargo, nos olvidamos de las dudas; aceptamos que lo hemos conseguido; nos ponemos la máscara y damos por buena la opinión de los demás. Asumimos que el éxito es nuestro. Buscar nuevos logros nos parece innecesario, hemos vivido del derecho a alcanzar el éxito verdadero. Napoleón señalaba que, el momento más peligroso llega con la victoria. En el momento que perdemos el hábito de seguir luchando, el éxito puede hacernos más mal que bien cuando nos llega otra vez. No hemos aprendido a distinguir entre el éxito vulgar y el éxito personal: estamos apuntando continuamente a metas que creemos que los demás aprobarán y nos duele descubrir que tienen muy poco que ver con la verdadera felicidad.
¿Pudiste identificar qué causas o situaciones vives a diario? No me gustaría terminar el artículo con fracasos… qué mejor que identificar cómo lograr tu éxito!
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