No por mucho madrugar…
Exacto, no por mucho madrugar amanece más temprano pero si por descansar lo suficiente rindes mucho más. En este post hablamos de tres temas relacionados:el tiempo y su uso diario; las etapas que tenemos como humanos y también el tipo de perfil que tenemos, activo o pasivo.
El objetivo: entender si nuestra situación en cada uno de estos temas es la que queremos. No hay una posición perfecta sino que debemos encontrar nuestro camino.
La vida tiene unas etapas muy marcadas en las que con el paso del tiempo entiendes algo más su proceso:
Sea como fuere, todas las etapas son un ciclo diario de 24 horas pero no en todas ellas usamos el tiempo de la mejor manera.
Es evidente que como recién nacido necesitas unas atenciones y tus padres no te van a despertar cuando lleves 10 horas durmiendo o dejarán de atenderte si te despiertas cada 3 horas. Pero si es imprescindible que cuanto antes, empecemos a diferenciar el valor del tiempo con el uso que hacemos de él.
Muchas veces se habla de que el tiempo es oro, es una expresión que comparto pero nunca se habla de que el tiempo es oro cuando realmente lo valoras y lo usas acorde a tus necesidades y obligaciones diarias.
El cómo entendí que debía cambiar
Aún recuerdo cuando estaba en la cuarta etapa de la vida, dónde empiezas a creer que eres mejor que tus padres y que tienes toda una vida fácil por delante, que puedes salir con los amigos y llegar cuando quieras, que la mañana siguiente es domingo.
Pues sí, recuerdo esos sábados hasta las 6 de la mañana, llegar a casa a las 6:30 e ir a dormir a las 7:00 pero sobre todo recuerdo a mi madre o a mi padre, levantarme a las 10:00. No lo entendía, tenía que descansar ya que había llegado tarde y era domingo.
Con el tiempo entendí de obligaciones, entendí que mi elección había sido irme a pasarlo bien pero sobre todo entendí que tenía unas responsabilidades y el día no se movía a mi alrededor sino alrededor de lo que acontecía esa casa y sus obligaciones.
Después leí en una revista una de esas tribus africanas algo peculiar. Para ellos, lo mejor del día era el despertar, eran conscientes que tenían todo un día por delante y no estaban dispuestos a dejarlo pasar. Su creencia les hacía levantarse de un salto de la cama, tras abrir los ojos y aprovechar al máximo el día. Se activaban en un momento.
El descanso del cuerpo y mente
El hecho es que el paso del tiempo y aquello que he podido aprender es que hay que conocer cuáles son las horas que nuestro cuerpo y mente necesitan para descansar, ya sean, 6, 8 o 10… las que sean. Debemos de entender nuestro cuerpo y hacerle descansar para una vez terminado el proceso de descanso podamos estar activos durante el resto del día, con el tiempo y la energía necesaria para poder realizar todas nuestras actividades y obligaciones previstas y terminar a tiempo para volver a darnos a nosotros mismos ese descanso que se merece.
Perfiles personales: Activo y Pasivo
No soy un entendido en perfiles personales pero creo que básicamente podemos encontrarnos a dos tipos de personas:
Las personas más activas
Este es mi caso, siempre he sido una persona activa y no me ha costado mucho levantarme. A la que suena el despertador o antes ya comienzo a correr, sin necesidad de estirarme en la cama durante 15 minutos más. Creo que no es una virtud porque el problema es que te activas antes de que termine el proceso de relajación de tu cuerpo y en este caso es probable que no puedas terminar todo lo que prevees realizar durante el día. Por este motivo, lo que he aprendido es que debes buscar alternativas durante el día para relajar y recuperar la energía de tu cuerpo. Yo lo hago forzándome a descansar un poco más en la cama aunque esté con los ojos abiertos o con otras técnicas normalmente de estiramientos del cuerpo o pilates que aportan unos beneficios increíbles de descanso al cuerpo y la mente.
Las personas menos activas
Si te cuesta más levantarte, vas medio dormido al trabajo, con bostezos en cualquier hora del día, u otras penalidades, este sería tu perfil. En muchas ocasiones, esta mayor pasividad no se debe a que tu cuerpo esté cansado sino más bien al contrario, está demasiado relajado, quizás has descansado más de la cuenta y en esta ocasión tu mente juega un papel principal, tienes la energía al máximo pero sólo te falta activarla. Entiende que tu día ha empezado y qué cuanto más hagas más te favorecerá, ya que más cansado estarás para darle el descanso merecido a tu cuerpo cuando le toque.
Cada mañana en África una gacela se despierta. Sabe que tiene que ser más rápida que el león o no sobrevivirá.
Cada mañana un león se despierta. Sabe que tiene que ser más rápido que la gacela más lenta o morirá de hambre.
No importa si eres gacela o león.
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