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De cómo en un día pasas del éxito a sentir estar solo. Aunque probablemente ni tan siquiera sea así.
Ayer tuve un día fantástico. Una puntera empresa italiana fabricante de joyas me confirmaba que trabajaríamos juntos en un nuevo proyecto. Cuentan conmigo para calibrar su marca actual de presente, para su mejor futuro. Creatividad empresarial Made in Victor.
Me confirmaba también un Ayuntamiento que mi Círculo de Creatividad ha sido elegido para una formación que debo dar en Junio. Estas formaciones me encantan, al final puedes estar frente a personas como tu y darles aquél valor que hubieras querido que te hubieran dado a ti antes.
Y finalmente, una empresa de Rusia me confirmaba que pasaba de contacto a cliente y eso siempre sienta y viene muy bien.
Pero ayer, llevé a Brutus a la peluquería. Son ya 12 años los que este schnauzer miniatura está a mi lado. Estuvo más de 5 horas fuera de mi oficina. Trabajamos juntos, en cierto modo. Lo eché en falta.
Mucho. Y hoy al levantarme lo primero que hice fue acariciarlo. Como cada día. Pero ayer lo eché mucho en falta.
Esta situación me ha dado mucho que pensar. Un magnífico día tuvo mi momento de soledad y fue duro.
Siempre hay momentos en los que la soledad acecha. En los que sientes estar separado del mundo. En los que no tienes esa fuerza. Esa pasión. Ese vivir. Los instantes de estar solo existen. Son experiencias. Son realidades y deben existir.
Me fascina cada vez más conocer sobre la mente. Descubrir que la mente consciente es la que te aporta como máximo un 4% de lo que vives. Resumiendo, que solo el 4% de lo que vives o como lo percibes lo aprendes conscientemente. El subconsciente te aporta entre un 96-99% de lo que percibes. ¿quieres un ejemplo?
En momentos de soledad como el de ayer. Recordando ahora mismo con palabras lo que sentí, me he puesto una Playlist de Spotify. La canción que me está apareciendo ahora, es la que me transporta al viaje de Islandia que hice. A un viaje en el que estando solo fui capaz de hablar conmigo mismo. Suena Mumford & Sons. El subconsciente me ha llevado a ese momento en el que conducía entre montañas islandesas y me sentí el puto amo. A recordar que esa canción la escuchaba conduciendo por Islandia.
Ayer me sentí solo de nuevo. Y el día era magnífico. ¡Qué 3 grandes acuerdos, cerré! Me llamó mi hermano. Para ir a cenar a su casa. Kora, su hija, quería verme y dije que iría.
El día terminó aún mejor. Al llegar a su casa. Kora ya me esperaba con colores para pintarme la cara. Me dejó echo un pincel. Lo disfrutó y yo lo disfruté.
Creo que esa decisión fue la que me permitió terminar el día con el mundo. Estoy seguro que si me hubiera quedado en casa hubiera estado de nuevo con mi soledad. Pero por esta decisión, me pintaron la cara y esa sonrisa de felicidad me devolvió a recordar que aunque pueda estar solo, siempre tengo un apoyo.
Por ello es importante recordar que cuando te sientas solo puedas sentir también que ese instante se debe como máximo al 4% de lo que conoces.
El resto viene de lo vivido. Tu mente ha almacenado el resto como experiencias. Lo que hueles, lo que oyes, lo que ves, de tu entorno… de tantas cosas y más se encarga tu subconsciente.
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