El origen de las chinchetas o tachuelas

By Victor Camon

Oct 09

Un invento que revolucionó más que nuestras oficinas. El origen de las chinchetas, tachuela, pincho, alfileres o clip, es alemán.

Pueden parecer un material de oficina común y corriente, pero el origen de las chinchetas es de todo meno ordinario. Estas pequeñas pero poderosas herramientas tienen una historia fascinante que se extiende por siglos y continentes. Desde civilizaciones antiguas que usaban hueso y metal para proteger sus documentos, hasta la encarnación moderna de las que usamos hoy.

Esta primera lectura sobre inventos revolucionarios te llevará en un viaje en el tiempo, desentrañando la cautivadora historia de la invención de las chinchetas. Descubre a sus inventores, las innovaciones y el significado cultural detrás de estos pequeños sujetadores esenciales, y obtén una nueva apreciación de la humilde chincheta que mantiene unido nuestro mundo.

Chinchetas de colores, fondo blanco. Descubre el origen de las chinchetas o tachuelas

Prepárate para descubrir el origen de las chinchetas. Un elemento de uso diario desde hace años. Imagen de Pixabay

La chincheta, miles de opciones para sujetar, tapizar… con unos orígenes antiguos

Alfiler - Wikipedia, la enciclopedia libreEs sin duda una herramienta sencilla pero indispensable en nuestra vida cotidiana, tiene una rica historia que se remonta a la antigüedad. Podemos considerar los orígenes de este práctico dispositivo a las primeras civilizaciones del antiguo Egipto y Mesopotamia. 

En el antiguo Egipto, unos pinchos se utilizaban principalmente con fines decorativos. Estas primeras versiones estaban hechas de materiales como hueso, madera o metales preciosos, y estaban adornadas con intrincados tallados y diseños. Se utilizaban para fijar delicadas telas y tapices a las paredes, añadiendo un toque de elegancia a hogares y palacios.


Del mismo modo, en Mesopotamia se utilizaban con fines prácticos y decorativos. Estaban elaborados con bronce u otros metales y, a menudo, tenían forma de pequeñas figuras o animales. Estas agujas se utilizaban para mantener pergaminos, mapas y documentos importantes, garantizando su custodia y fácil acceso.

Los egipcios también hacían alfileres con espinas vegetales o de pescados. En época de los griegos y romanos se usaban alfileres más complicados para sujetar las túnicas.

Con el paso del tiempo, evolucionaron y se extendieron por diferentes culturas y civilizaciones. En la antigua Roma, por ejemplo, ciertos pinchos se utilizaban ampliamente en entornos administrativos y burocráticos, donde se pegaban mensajes y documentos importantes en tablones de anuncios y paredes. Estos clips se convirtieron en un símbolo de organización y comunicación eficiente durante este período.

A lo largo de la historia, el diseño y los materiales utilizados para crearlas, conocidas como tachuelas en otros países, han cambiado significativamente. Desde los materiales tradicionales de hueso y metal de la antigüedad hasta las variedades modernas de plástico y acero, se han adaptado para satisfacer las necesidades de diferentes épocas y avances tecnológicos.

Hoy en día, las tachuelas siguen siendo una herramienta esencial en oficinas, aulas y hogares de todo el mundo. La invención de este dispositivo aparentemente simple ha revolucionado la forma en que organizamos la información, exhibimos obras de arte y mantenemos nuestros espacios ordenados. Entonces, la próxima vez que busques una, tómate un momento para apreciar los fascinantes orígenes antiguos que han traído esta pequeña pero importante herramienta a nuestras vidas.

Ahora vamos a conocer más sobre este gran invento.

Tachuela, clavo, clip, chincheta… los primeros inventores

Si bien los orígenes exactos de la chincheta son difíciles de determinar, se cree que evolucionó a partir del concepto anterior de alfileres y agujas utilizados para diversos fines. La invención de las chinchetas es un viaje fascinante a través de la historia, liderado por las mentes innovadoras de varios inventores. 

Una figura notable en la historia de las chinchetas es Samuel B. Fay, un inventor estadounidense a quien se le atribuye la patente de la primera máquina para fabricar alfileres y tachuelas en 1829. Aunque la invención de Fay se centró principalmente en los alfileres, sentó las bases para el desarrollo de chinchetas, ya que introdujo el concepto de producción en masa de tales sujetadores.

Otro nombre importante asociado con la invención de las chinchetas es Edwin Moore, un inventor inglés. En 1840, Moore recibió una patente para una «prensa para hacer pequeñas tachuelas. Este invento supuso un importante paso adelante en la producción de chinchetas, ya que permitió una fabricación más rápida y eficiente.

Un año más tarde, en 1841, un inventor británico llamado John Ireland Howe patentó una «máquina para clavar alfileres, clavos o tornillos en sustancias duras», que incluía una primera versión de lo que pareciera ser una chincheta. Presentaba una cabeza sólida y una punta afilada, similar a sus predecesoras.

Si bien Fay, Moore y Howe desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de las chinchetas, cabe mencionar que el concepto de agrupar papeles y documentos con alfileres y chinchetas se remonta aún más atrás como comentaba en la introducción. El uso de alfileres y tachuelas para asegurar papeles y notas en tableros o paredes era una práctica común en la antigüedad. Sin embargo, estas primeras formas carecían del diseño y la funcionalidad específicos que asociamos con las chinchetas modernas.

Con el paso del tiempo, los avances en las técnicas de fabricación permitieron la producción de chinchetas con diseños más refinados. La introducción del alambre de latón y la capacidad de estampar las cabezas en varias formas y tamaños abrió nuevas posibilidades de estética y funcionalidad.

Johann Kirsten en el año 1903 inventa la tachuela como la conocemos hoy

El relojero Johann Kirsten, nacido en un pequeño pueblo de Alemania a finales del siglo XIX, era un hombre de notable ingenio y curiosidad.

Desde muy joven, mostró un talento innato para jugar con dispositivos mecánicos y un deseo incesante de mejorar las herramientas existentes. Su incesante búsqueda de conocimientos lo llevó a explorar diversos campos de estudio, incluidos la ingeniería y el diseño.

Fue durante una fatídica tarde en su abarrotado taller de relojes donde Kirsten se topó con la idea que cambiaría el mundo para siempre. Su mesa llena de papeles parecía que seguiría igual un día más pero un brote de aire entró por la ventana de golpe, haciendo volar todas las hojas por el taller. Tenía un alfiler, tenía una mesa y ganas de sujetar fuertemente esas hojas a su mesa de madera. Puso, un pequeño trozo de madera encima del alfiler y se ayudo de una piedra para sujetar fuertemente esas hojas. La oportunidad hizo el resto.

Pensó en ese ejercicio realizado y en sus elementos. Un alfiler, un pequeño trozo de madera y fuerza. Frustrado por la ineficiencia de los tradicionales alfileres y agujas para sujetar papeles, se propuso crear una alternativa más confiable y fácil de usar. A través de innumerables horas de prueba y error, Kirsten diseñó meticulosamente el primer prototipo de lo que más tarde se conocería como la chincheta.*

La belleza del invento de Kirsten reside no sólo en su simplicidad sino también en su versatilidad. La chincheta, con su punta afilada y su cabeza plana, revolucionó la forma en que protegemos documentos, obras de arte y recuerdos. Su facilidad de uso y durabilidad lo convirtieron rápidamente en un elemento básico en oficinas, escuelas y hogares de todo el mundo.

Fue en el año 1903 cuando el relojero alemán inventó la tachuela como hoy la conocemos. Kirsten, vendió sus derechos de invención al hermano de Otto Lindstedt, un empresario, quien recibió una patente de la oficina el 8 de enero de 1904. Arthur Lindstedt compró la idea y la patentó pero esa chincheta tenía algunos defectos como el de dañar el pulgar si se apretaba demasiado por lo que no siguió adelante con la idea.

Fue Otto el que mejoró la idea cuando se quedó la fábrica tras la muerte de su hermano. Otto se hizo rico con estas mejoras mientras Kirsten no pudo ni disfrutar de las posibilidades de su invento. Como muchos ejemplos en la historia, el comprador de la idea se hizo rico, mientras el inventor, permaneció pobre.

A pesar del inmenso impacto que su invento ha tenido en la sociedad, Johann Kirsten sigue siendo relativamente desconocido, eclipsado por inventores más destacados de su época. Sin embargo, es crucial reconocer y celebrar las contribuciones de estos héroes anónimos de la innovación, ya que son los verdaderos arquitectos del progreso.

* Libertad creativa por el autor

Su importancia cultural

Las chinchetas pueden parecer un objeto pequeño e insignificante, pero han jugado un papel importante en nuestra cultura e historia. Estas pequeñas y humildes tachuelas han sido herramientas esenciales en diversos aspectos de nuestras vidas, desde el trabajo de oficina hasta los tableros de corcho y los proyectos de arte y manualidades.

Su pequeño pincho en su centro generalmente metálico sigue cumpliendo su función de fijar papel o cartón en tableros que sin duda han servido para organizar nuestras vidas. En muchas ocasiones ha sido un substituto muy práctico a la grapa y sobre todo al desorden. 

El origen de las chinchetas se remonta a los inicios del 1900 en Alemania

Quien iba a pensar que el origen de las chinchetas iba a llevar a darle todas las utilidades que les damos hoy en día.

La invención de este elemento de fijación circular revolucionó la forma en que las personas podían fijar objetos a las superficies. Proporcionó una manera segura y conveniente de publicar notas, colgar obras de arte u organizar documentos importantes. Esta nueva comodidad rápidamente ganó popularidad y se convirtió en una herramienta esencial en hogares, oficinas y escuelas de todo el mundo. 

Además, las chinchetas no sólo han sido prácticas sino que también han tenido un significado cultural. En el mundo del arte, los artistas han utilizado chinchetas para crear exhibiciones e instalaciones impresionantes. Se han utilizado para exhibir fotografías, dibujos y otras obras de arte, permitiendo a los artistas expresar su creatividad y compartir su visión con el mundo.

Se han convertido en un símbolo de organización y orden. Se han utilizado para crear paneles de visión, recordatorios y calendarios, lo que ayuda a las personas a mantenerse al tanto de sus objetivos y tareas. También se han convertido en algo común en las aulas y oficinas, ya que representan la colaboración y el intercambio de ideas.

Uno de los aspectos a considerar al elegir una es su cabeza. Las hay con cabezas de diferentes formas, como redondas, cilíndrica de plástico, cuadradas o en forma de estrella. Esto nos brinda la posibilidad de utilizar la más adecuada para cada situación, ya sea para colgar fotografías, carteles o notas en diferentes materiales.

La punta puede ser de acero y este es otro elemento importante a tener en cuenta. Algunas chinchetas tienen la punta soldada, lo que las hace más resistentes y duraderas. Otras están compuestas solo de una punta. La punta esta soldada, siendo más económicas pero igualmente eficientes y difíciles de quitar.

Las normales se doblan con mucha facilidad si se aplican demasiada presión sobre ellas. Sin embargo, también existen con punta de acero, que son más resistentes y apenas se doblan, lo que las convierte en una opción ideal para superficies más duras o las tipo pinza, también muy útiles.

Además de las características mencionadas, también pueden ser de colores, ideales para decorar o resaltar información. En resumen, son herramientas versátiles y prácticas para mantener nuestros documentos y elementos de decoración en su lugar. 

En cualquier oficina y escritorio darás con este objeto metálico en forma de clavo pequeño y con una corta punta metálica o a modo de push-pin, que servirá para agrupar documentos y hojas de papel, para organizar tableros de anuncios o para fines parecidos. Este pequeño elemento con su punta de acero pulido forma parte hoy en día de la tapicería de mobiliario de cualquier oficina o despacho, forma parte de nuestra vida. ¿Quién puede concebir una vida sin chinchetas o tachuelas?


 

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